lunes, 2 de marzo de 2009


Patio lateral del Palacio del Infantado (Guadalajara)







Supe de José Hierro por esa época, cuando te conocía desde hace poco o te iba a conocer en breves. Me acuerdo de ver unas hojas con un relato suyo, de repente, en una revista, en medio de clase de audiovisual, cuando ya hacía buen tiempo. Esteticamente me gustó, el titulo, el formato, y que estuviera como pintado de acuarela el fondo. Asi que arranqué esas hojas y me las guardé en la carpeta para leerlo en casa.
Ahora, pensando en qué autor identificaría contigo (aunque seguramente nunca has leído nada de José Hierro) porque me he puesto a recordar esos días, los del principio, en el que todavía todo iba bien, en los que había inocencia e ilusión, le he elegido a él. Porque os conocí en esos mismos días a los dos. Y me seguis sabiendo a tardes de verano en el campo. Por mucho que haya pasado el tiempo, meses, años.
Porque os sigo recordando intactos en esos días. Donde sólo importaban los pequeños detalles, una fugaz mirada, un gesto, una caricia.










CAE EL SOL

Perdóname. No volverá a ocurrir.Ahora quisierameditar, recogerme, olvidar: serhoja de olvido y soledad.Hubiera sido necesario el vientoque esparce las escamas del otoñocon rumor y color.Hubiera sido necesario el viento.

Hablo con humildad,con la desilusión, la gratitudde quien vivió de la limosna de la vida.Con la tristeza de quien buscauna pobre verdad en que apoyarse y descansar.La limosna fue hermosa -seres, sueños, sucesos, amor-,don gratuito, porque nada merecí.

¡Y la verdad! ¡Y la verdad!Buscada a golpes, en los seres,hiriéndolos e hiriéndome;hurgada en las palabras;cavada en lo profundo de los hechos-mínimos, gigantescos, qué más da:después de todo, nadie sabequé es lo pequeño y qué lo enorme;grande puede llamarse a una cereza( "hoy se caen solas las cerezas",me dijeron un día, y yo sé por qué fue ),pequeño puede ser un monte,el universo y el amor.

Se me había olvidado algoque había sucedido.Algo de lo que yo me arrepentíao, tal vez, me jactaba.Algo que debió ser de otra manera.Algo que era importanteporque pertenecía a mi vida: era mi vida.(Perdóname si considero importante mi vida:es todo lo que tengo, lo que tuve;hace ya mucho tiempo, yo la habría vividoa oscuras, sin lengua, sin oídos, sin manos,colgado en el vacío,sin esperanza.)

Pero se me ha borradola historia (la nostalgia)y no tengo proyectospara mañana, ni siquiera creoque exista ese mañana (la esperanza).Ando por el presentey no vivo el presente(la plenitud en el dolor y la alegría).Parezco un desterradoque ha olvidado hasta el nombre de su patria,su situación precisa, los caminosque conducen a ella.Perdóname que necesiteaveriguar su sitio exacto.

Y cuando sepa dónde la perdí,quiero ofrecerte mi destierro, lo que valetanto como la vida para mí, que es su sentido.Y entonces, triste, pero firme,perdóname, te ofreceré una vidaya sin demonio ni alucinaciones.


(De "Libro de las alucinaciones" 1964, de José Hierro)

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